Abrió los ojos por la muy primera vez. Al principio no notó diferencia alguna, todo tenía el mismo aspecto que el de hace unos instantes. Algo cambió. Unos puntitos sobre su cabeza comenzaron a aparecer y a adueñarse de su mirada. Distintos, pero igual de brillantes. Brillaban con distinta intensidad, y de igual manera hacían que se estremeciera su interior. Algo realmente cálido comenzó a recorrer sus venas. Lo nuevo no siempre es tan desconocido:…
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